PADRES E HIJOS
Ser papá o mamá no es fácil ya que son el ejemplo primordial que seguirán sus hijos y si además los pequeños hacen travesuras día a día o berrinches apocalípticos la cosa se pone aún más interesante pero la solución no es agredirlos física, verbal o emocionalmente. Por eso te daré algunas bases para lograr actuar con tus hijos de tal forma que no llegues a la violencia.
Sabias que con frecuencia estamos siendo agresivos pero no lo sabemos porque la agresión no sólo refiere a golpes o insultos cuando estamos enojados. Existe la agresión instrumental que refiere cuando se tiene un objetivo, es decir, conseguir algo que deseamos. La agresión disfrazada empieza cuando consideramos que es la conducta normal ante cierta situación como gritar a los hijos para poner límites y disciplina.
Todos hemos agredido en alguna ocasión pero no por esa razón la agresión debe estar justificada. Por eso te recomiendo que revisen estos aspectos:
Revisa las diferentes formas de agredir e identifica en cuáles y en qué ocasiones actúas de esa forma con tus hijos.
Reconoce por qué lo hacer y no sientas culpa.
Los motivos pueden ser diversos: no conocer otra forma de obtener lo que deseas, baja autoestima, poca tolerancia a la frustración, inseguridad, te cuesta trabajo reconocer tus emociones.
Mejora la forma en que te comunicas, tus hijos cuando son pequeños no se enfocan tanto en las palabras que les dices sino en las acciones, en la mirada que les muestras, los gestos, tu lenguaje no verbal es el que identifican y se basan en ello para saber si estas molesto o defraudado.
Siempre escucha a tus hijos cuando te quieren hablar de un logro en la escuela, una convivencia con amigos y también cuando han hecho alguna travesura o han tenido un accidente.
El mejor regalo que le puedes dar a tus hijos es siempre un poco de tiempo cada día.
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